EL HUERTO, UN RECURSO DIDÁCTICO INTERESANTE Y BENEFICIOSO

EL HUERTO, UN RECURSO DIDÁCTICO INTERESANTE Y BENEFICIOSO

La primavera es época de cambios: florecen las flores y los árboles, crecen las crías de muchos animales y otras muchas se despiertan. Es quizás la mejor estación para descubrir y admirar los cambios del entorno.

Las personas más curiosas son las niñas y los niños así que, es un muy buen momento para que descubran directamente esos cambios.

Utilizar el entorno natural como espacio educativo, sin duda, además de ser mucho más agradable, enriquece la experiencia de aprendizaje. Hacer las clases al aire libre, observar los cambios de las estaciones, disfrutar del paisaje, del entorno, de la fauna y la flora. Observar, contemplar, sentir, reflexionar… todo ello se convierte en una experiencia compartida y una herramienta poderosa.

El huerto es un recurso didáctico bien interesante, que aporta muchos beneficios y promueve el aprendizaje integral de niñas y niños. Por eso muchas escuelas apuestan por ello. En mi caso tenemos la suerte de contar con un gran patio lleno de árboles, una rosaleda y un pequeño huerto en el que plantamos diferentes verduras, hortalizas y también plantas aromáticas.

¿Cuáles son estos beneficios? ➢ Principalmente estimular y alegrar los sentidos, sobre todo en esta época en la que hay una explosión de colores y olores muy agradables. Los pequeños aprenden viendo, tocando, oliendo, saboreando, manipulando y experimentando.

➢ El trabajo al aire libre, siempre es más agradable. Sentir el aire, ver «a lo grande» y no entre 4 paredes.

➢ Favorece la curiosidad y la motivación por descubrir e investigar lo desconocido.

➢ Facilita la observación directa de los procesos naturales, aquello que se explica o se lee en los libros.

➢ Fomenta el trabajo en equipo. Todos comparten el mismo objetivo: ver crecer los frutos cuyas semillas plantaron. Y conscientes o no, se unen para conseguir dicho objetivo y aquí entran en juego, la comunicación, la organización, el reparto de tareas, la ayuda…

➢ Ayuda a forjar vínculos entre el equipo, entre los pequeños y el adulto.

➢ La satisfacción al ver los resultados de su trabajo y esfuerzo: ver crecer las hortalizas o frutas partiendo de un trozo de tierra vacía les hará sentir más seguridad y confianza en sí mismos.

➢ Aprender el valor de ese esfuerzo y el respeto a las personas que trabajan en ello, así como respetar y cuidar el medio ambiente.

➢ Fomenta hábitos saludables en cuanto a alimentación sana y equilibrada por el hecho de tratarse de verduras, hortalizas y frutas, porque al ser ellos quienes las siembran, cuidan y cosechan, sentirán más interés e ilusión por probarlas.

➢ Promueve la responsabilidad y la constancia, valores tan escasos y necesarios.

Este curso, con mis alumnos de I4 plantamos tomates cherry. Al principio era yo quién tenía programado cuándo ir a regar, a observar… pero, a medida que fueron viendo cómo aquellos pequeños brotes iban creciendo, crecía también su curiosidad, su interés y su dedicación.

¡Cuando salimos al patio, muchas veces, ellos mismos piden ir al huerto para ver si necesita agua, nos han ido muy bien las lluvias! Y entonces vienen y dicen: la tierra está seca, toca regar y en cuanto podemos vamos. Ahí ya no importa la fila, ahí todos corren en busca de las regaderas, no hay una para cada uno así que, al principio, surgía algún conflicto en el que había que mediar y buscar soluciones.

Poco a poco, han ido llegando a acuerdos, organizando, e incluso parece que hayan establecido algunos roles, unos llenan y cargan las regadoras, otros acompañan o esperan para regar, entre ellos se ayudan a aguantar el peso cuando riegan, indican dónde es más necesaria el agua o a quién le toca (porque siempre hay a quién le cuesta pensar en los demás).

Durante el proceso, han quitado malas hierbas, hojas secas, han cuidado las plantas e incluso apartado caracoles para que no se las comieran. Y de paso, han observado estos interesantes seres que se esconden cuando quieren. Me encanta verlos tan concentrados en lo que tienen que hacer, tan organizados, compartiendo, ayudándose, tan bien avenidos (la gran mayoría de veces) y tan responsables y contentos cuando volvemos a clase, hemos estado tan entretenidos que ha tocado salir corriendo porque era hora de marchar, entonces ocurre algo más, algunos se han mojado y toca cambiar la ropa.

Otro beneficio añadido: practicar la autonomía al desvestirse y vestirse, porque son ya ellos quienes cogen sus mudas, se cambian y guardan la ropa mojada para llevarla a casa. No les molesta, no les importa, prácticamente no piden ayuda, porque se sienten satisfechos y capaces.

¿No es fantástico?

Dentro de poco, podremos cosechar los pequeños tomates, lo celebraremos y los probaremos.

Habremos cerrado un ciclo casi a la par que acabamos el curso. Un tiempo en el que han participado y han aprendido muchísimas cosas, casi sin darse cuenta, experimentando y vivenciando de la mejor manera para ellos, haciéndoles partícipes de todo el proceso y proponiéndolo todo como un juego para tomárselo muy en serio.

¡Que tengáis un muy buen y saludable mes de junio!

Laura González

@lecturas_paraelalma_kids

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