Abusos
¡Hola de nuevo a todas, todes y todos! Aquí estamos en una nueva entrega de “En La Acera De En Frente”, de Brillantes Sensaciones.
Octubre y las efemérides dentro del colectivo son:
El 8: Día internacional de las “Lesbianas”.
El 11: Día Internacional para “Salir Del Armario (Coming Out Day)”.
El 13: Día de las “Rebeldías Lésbicas”. Éste marca un antes y un después en el activismo lésbico latinoamericano.
El 17: Día Internacional de los “Pronombres”, Esta fecha surgió como una propuesta por parte de activistas en junio de 2018. Más que llevar a cabo foros o marchas, en esta fecha se busca generar campañas informativas sobre la importancia del uso de los pronombres.
El 24: Día Internacional de la “Despatologización Trans”.
El 26: Día Internacional para “La Comunidad Intersexual o Visibilidad Intersexual”.
El 29: Día Internacional de las “Infancias Trans”.
Del 24 al 30 Semana de la “Asexualidad (Ace Awareness Week)”.
El tercer jueves de octubre, o “Spirit Day” Es un día de conciencia sobre cómo el bullying vulnera la integridad física y emocional de las personas LGTBIQ+.
Dentro del colectivo LGTBIQ+ -y no exclusivo del colectivo-, es el tema del “Abuso sexual”. Pero el secreto es contado a voces ya sea por vergüenza, falta de medios, soporte , miedo, etc. No se denuncia o simplemente se ha dejado pasar por alto. El (en la mayoría de los casos ) abusador es alguien que goza de algún tipo de estatus de superioridad frente a su víctima y como norma general (y no excluyente) la mayoría de los casos son efectuados por alguien perteneciente al circulo cercano del o la afectd@.
Las consecuencias para el/la /le víctima de abuso sexual son trastornos emocionales tales como depresión, ansiedad, baja autoestima , problemas en las relaciones sexuales e ideación suicida.
Sumado dentro del colectivo que la persona se auto-culpabilice, sintiendo que se merece esto por la estigmatización de conductas generadas por el heteropatriarcado. Por el hecho de “sentir diferente” tanto por la orientación sexual, como por la identidad o expresión de género, que son disidentes a lo que estas personas identifican como “Normalidad”. Utilizan la violencia y el abuso sexual como “herramienta de corrección”en muchos casos, mientras que en otros son una forma de escape a sus deseos reprimidos y no enfrentados.
En la actualidad, el Caso de Gisèle Pelicot nos ha expuesto la vulnerabilidad de una persona. Y no por un extraño, sino por alguien con quien has construido una vida. Esa violación no se genera en la mayoría de los casos con individuos que no frecuenten el espacio cercano de la víctima.
No son leyendas urbanas las acusaciones a miembros de la Iglesia Católica, pero no solo se generan estos abusos entre los supuestos embajadores de Dios. También en personas con una imagen moralmente intachable. Estos se presentan como una persona aparentemente “normal”, no muestran ninguna característica que genere un recelo. En su gran mayoría son hombres heterosexuales, integrados socialmente. Pero, en realidad, y tras la cortina de la apariencia normativa, se encuentran personas con trastorno de personalidad limítrofe , personas con trastorno histriónico, con hipomanía, narcisistas, antisociales, agresivos sádicos o con alguna dependencia a consumo de drogas y/o alcohol.
Lo que hace más peligrosos a estos agresores es que buscan la forma de justificar su violencia con personas pertenecientes al colectivo y en la vulnerabilidad de las víctimas. Volvemos a temas de estatus, tanto de poder como económicos, y también la situación de utilización de drogas (o alcohol) con la víctima, donde la pérdida del control consciente -la toma de decisiones- esta alterada. Lo que fue el caso de Gisèle es la muestra de una de tantas víctimas de estos depredadores cuya repercusión mediática ha sido mayor al ser una mujer cis género, blanca y europea.
Pero en los circuitos del colectivo LGTBIQ+ llevamos años haciendo el reclamo de estas conductas. No es solo el caso que afecta a mujeres (en ningún caso quiero restar gravedad al asunto, ni a las voces femeninas heterosexuales que han o están pasando por esta lamentable situación ). Pero no omitamos ni metamos en el armario a todo un colectivo que viene siendo abusado y silenciado (peor aún justificado) ante el heteropatriacado.
En la lucha por los derechos, tanto por la orientación sexual, identidad o expresión de género, nos corresponde a toda la sociedad hablar sin tabúes y concienzudamente del tema. No incentivando el silencio, ni mucho menos restando gravedad por el género de la víctima o su edad.
El perfil de cuya persona debemos estar alerta cuando hay ciertos parámetros de vulnerabilidad es el asociado a:
– Provenir de familias desintegradas o desorganizadas.
– Roles familiares invertido (que el niño/niña realice roles de adulto).
– Distanciamiento emocional.
– Abuso físico, emocional y/o sexual.
– Inseguridad emocional.
- Historias de abuso sexual que por la falta de comunicación en la familia no fue manejado adecuadamente.
– Alcoholismo o dependencia a drogas.
– Migración.
– Dependencia económica.
– Relación asimétrica de poder.
– Personas en riesgo de exclusión social.
La manipulación hacia las víctimas siempre tendrá un contexto en el que éstas se sientan culpables de la acción a la que han sido expuestas. Provocando, así, que puedan prolongarse en el tiempo, convirtiendo estas conductas en una “normalización patológica” en coacción. Así la víctima pierde la libertad de determinación.
Claramente cada caso es un tema, y en cada colectivo se registran sus antecedentes particulares. Pero cerrar los ojos ante este y otros temas de violencia sexual nos hace cómplices.
Hacer una sociedad equitativa, abierta y consciente de sus errores y carencias no esta solo en mando de autoridades y políticos. Las acciones que desempeñamos día a día también cuentan.
PD: Con Amor
Miquel Claudì-López
@miquelclaudilopez
@enlaaceradeenfrente
1 comentario en «En La Acera De En Frente. ABUSOS»
Extraordinario