Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

«Expande la experiencia sexual a través de la respiración”

La respiración es una de esas funciones vitales que solemos dar por sentada. Respiramos desde el momento en que nacemos hasta el último día de nuestras vidas sin apenas ser conscientes de ello.

Sin embargo, en el Tantra, la respiración es mucho más que un acto involuntario: es una herramienta de transformación, una puerta hacia el autoconocimiento y una vía directa para expandir la energía sexual y espiritual. Si bien en muchas prácticas espirituales se habla de la importancia de la respiración, en el Tantra adquiere una dimensión especial, uniendo cuerpo y alma en una danza íntima y profunda.

Hoy quiero invitarte a explorar cómo la respiración puede cambiar no solo tu experiencia sexual, sino tu conexión con el universo y contigo misma. El Tantra, que a menudo es malinterpretado como una práctica exclusivamente sexual, es en realidad un camino espiritual que abarca la totalidad del ser.

Al igual que otras tradiciones espirituales, nos invita a conectar con nuestra esencia y a expandir nuestra conciencia más allá del ego y del cuerpo físico. Sin embargo, lo que distingue al Tantra es su enfoque en la energía sexual como una fuerza sagrada que puede elevarnos a niveles superiores de consciencia. Y aquí es donde la respiración juega un papel fundamental.

Para entender el impacto de la respiración en la sexualidad consciente, es importante comprender el concepto de Prana. En las tradiciones espirituales de la India, el prana es la energía vital que fluye a través de todo ser vivo. Se podría comparar con el “chi” en la tradición china o el “espíritu” en términos occidentales. Esta energía se nutre a través de la respiración. Al inhalar, absorbemos prana del universo que nos rodea, y al exhalar, liberamos esa energía, distribuyéndola por todo nuestro cuerpo.

En el Tantra, la respiración no solo sirve para oxigenar nuestras células, sino que también actúa como un canal para mover nuestra energía sexual a través de nuestros centros energéticos (los chakras) y expandirla más allá del placer físico. Cuando integramos la respiración consciente en nuestros momentos íntimos, algo profundo comienza a suceder. La mente, que generalmente está atrapada en preocupaciones, listas de tareas o distracciones externas, se ve forzada a regresar al momento presente. Y en el Tantra, el momento presente es el único lugar donde la conexión auténtica puede florecer.

Cuando estamos plenamente presentes, no solo sentimos el cuerpo del otro, sino que lo experimentamos de manera más expansiva y vibrante.

“La sexualidad no es solo una cuestión de cuerpos; es una cuestión de almas. La conexión real es cuando dos almas se encuentran en una experiencia de amor más allá del cuerpo.” Osho

Esta conexión más allá del cuerpo solo es posible cuando estamos plenamente presentes y conscientes de cada respiración, de cada toque, de cada latido del corazón. La respiración consciente en el Tantra también nos invita a disolver las barreras que hemos construido en torno a nuestra intimidad.

A menudo, traemos nuestras inseguridades, miedos y expectativas a la cama. Nos preocupamos por el desempeño, por cómo nos vemos o por satisfacer a la otra persona, lo que nos desconecta de la experiencia pura del placer y de la conexión. Sin embargo, cuando te permites respirar de manera consciente, esos pensamientos comienzan a desvanecerse. Dejas de pensar en el “debería” y te entregas al “ser”.

La respiración te lleva de regreso al cuerpo, a las sensaciones, y a ese lugar donde la mente ya no tiene poder para crear historias. La respiración consciente es, en esencia, una meditación. Y al convertir el acto sexual en una meditación, no solo experimentas un placer más profundo, sino que también creas un espacio sagrado para la sanación emocional y espiritual. Quiero compartir contigo una práctica de respiración en pareja que te permitirá experimentar de manera directa cómo el poder de la respiración puede transformar tu vida íntima.

Esta práctica, conocida como respiración circular, va más allá de las técnicas más comunes y te invita a experimentar un intercambio profundo de energía con tu pareja.

Para comenzar, siéntate frente a tu pareja en una postura cómoda. Pueden optar por sentarse en posición de loto, o simplemente estar uno frente al otro, con las piernas cruzadas. Lo importante aquí es que os sintáis con comodidad y que podáis mantener contacto visual sin esfuerzo. Este contacto visual es clave, ya que la conexión no verbal que se genera entre tu pareja y tú eres una parte fundamental de esta práctica.

Mientras os miráis a los ojos, comienza sincronizando tu respiración con la de tu pareja. Los dos miembros de la pareja inhaláis al mismo tiempo y del mismo modo, exhaláis a la vez. Permitid que vuestros cuerpos encuentren un ritmo natural y compartido. Haz esto durante algunos minutos, permitiendo que tus pensamientos y preocupaciones se disuelvan en el ritmo compartido de la respiración. Cuando sientas que estás en sintonía con tu pareja, llega el momento de dar el siguiente paso: la respiración circular.

Aquí es donde una persona inhalará mientras la otra exhala, creando un flujo continuo de aire entre las dos personas. Imagina que estás compartiendo un mismo aliento, un mismo prana y que la energía de la respiración fluye de ti a tu pareja y de tu pareja a ti. Esta práctica no solo alinea vuestras respiraciones, sino que también alinea vuestra energía sexual. Con cada inhalación, estás absorbiendo la energía de tu pareja, y con cada exhalación, estás devolviéndola, creando un ciclo de intercambio energético profundo. Al continuar con esta respiración circular, visualiza cómo la energía sexual fluye por vuestros cuerpos, ascendiendo desde la base de la columna, pasando por los chakras (centros energéticos situados a lo largo de tu cuerpo desde el periné a la coronilla) y expandiéndose más allá de lo físico.

Puede que sientas una sensación de apertura en el pecho o incluso una sensación de euforia suave que comienza a extenderse por todo tu ser. Este intercambio energético no tiene por qué culminar en un clímax físico inmediato; de hecho, parte de la magia de esta práctica es aprender a contener y circular la energía, permitiendo que el placer se expanda más allá de los genitales y se disperse por todo el cuerpo.

Lo que es verdaderamente fascinante de esta práctica es cómo transforma no solo tu experiencia sexual, sino tu relación con la energía sexual en sí misma. En lugar de un “pico” breve e intenso de placer, la respiración circular te permite experimentar un estado prolongado de éxtasis suave y difuso, que puede durar mucho más tiempo. Esta expansión del placer es más sutil y a menudo, mucho más gratificante, ya que no te deja con una sensación de vacío o desconexión después del acto sexual. En cambio, te deja con una sensación de plenitud, de vitalidad renovada y con una conexión más profunda con tu pareja y contigo misma.

Además del placer físico, la respiración tántrica nos recuerda que la sexualidad es una puerta hacia lo divino. Al respirar conscientemente durante el acto sexual, nos conectamos con algo más grande que nosotros mismos. Cada inhalación es una oportunidad para tomar conciencia de nuestra propia divinidad y cada exhalación nos permite compartir esa divinidad con nuestra pareja. La respiración nos convierte en canales de la energía creativa del universo, transformando el acto sexual en un ritual sagrado.

Como dijo el místico sufí Rumi: “Cierra los ojos, enamórate, quédate allí.”

Este acto de cerrar los ojos y adentrarse en la experiencia del amor va mucho más allá de lo físico. Se trata de abrirse a la totalidad del ser, de permitir que el amor fluya sin restricciones y de experimentar la sexualidad como una expresión sagrada del alma. Espero que te guste esta práctica. Así que la próxima vez que estés con tu pareja, recuerda respirar (conscientemente, claro). No solo por la importancia biológica de hacerlo, sino por el potencial transformador que esta respiración puede tener en tu vida íntima y espiritual.

Con la práctica aprenderás a mover y expandir tu energía sexual, creando un estado de éxtasis que va más allá del cuerpo y que te conecta con tu esencia divina y antes de que esto suceda habrás transformado ya tu sexualidad en una práctica de presencia, amor y conexión espiritual.

Te deseo una feliz práctica.

Abhaya Fdez. de Castro

@laviadeltantra.abhaya

Facebook
Twitter
LinkedIn

Deja un comentario