El Adoctrinamiento Invisible: Reflexiones sobre Paradigmas Sociales, La Paradoja del Discurso sobre el «Adoctrinamiento»
¡Hola de nuevo a todas, todes y todos! Aquí estamos en una nueva entrega de «En La Acera De En Frente», de Brillantes Sensaciones. Repasamos las efemérides de julio dentro del colectivo:
- 14 de julio: Día de la Visibilidad No-Binaria
- 16 de julio: Día Internacional Drag
Es notable que, aunque el 28 de junio se conmemora internacionalmente como el Día del Orgullo LGTBIQ+, cada país adapta esta fecha de referencia celebrando sus marchas del orgullo en las semanas circundantes, ajustándose a sus propios calendarios y contextos locales. Sin embargo, el fenómeno ocurrido en Budapest resulta particularmente significativo y revelador.
Miles de personas procedentes de diferentes países han desafiado abiertamente las políticas restrictivas del gobierno húngaro, liderado por Viktor Orbán, saliendo masivamente a las calles para celebrar el Orgullo LGTBIQ+. Esta manifestación multitudinaria ha contado con el respaldo del alcalde de la capital húngara, así como con la participación de diversas personalidades políticas de múltiples países y ciudadanos de distintas nacionalidades que se han solidarizado activamente con el movimiento LGTBIQ+.
Este evento trasciende el marco de una celebración tradicional del orgullo para convertirse en un acto de resistencia política y social. La presencia internacional en las calles de Budapest envía un mensaje claro: los derechos humanos y la diversidad sexual no reconocen fronteras, y la solidaridad transnacional puede emerger como una fuerza poderosa frente a políticas discriminatorias.
El contraste entre las políticas gubernamentales húngaras y la respuesta ciudadana internacional ilustra la tensión existente entre los gobiernos autoritarios y los movimientos de derechos civiles en la Europa contemporánea. Budapest se ha convertido así en un símbolo de resistencia, donde la celebración del orgullo adquiere dimensiones políticas que trascienden lo meramente festivo para constituirse en una declaración de principios democráticos y de defensa de los derechos fundamentales.

La Paradoja del Discurso sobre el «Adoctrinamiento»
En el debate público contemporáneo, es frecuente escuchar acusaciones sobre un supuesto «adoctrinamiento LGBTIQ+» o la existencia de un «lobby LGBTIQ+» que buscaría influir en la sociedad. Sin embargo, esta narrativa plantea una paradoja fundamental que merece una reflexión profunda:
¿Cómo es posible hablar de adoctrinamiento cuando históricamente hemos vivido inmersos en un sistema normativo específico que rara vez se cuestiona?
El Paradigma Heteropatriarcal: El Adoctrinamiento Normalizado
Durante siglos, nuestras sociedades han operado bajo un paradigma heteropatriarcal que ha establecido como «natural» y «normal» una serie de estructuras, roles y expectativas. Este sistema ha funcionado como un marco invisible que ha moldeado:
Las Narrativas Culturales
Desde la literatura clásica hasta el cine contemporáneo, las historias que consumimos han presentado predominantemente relaciones heterosexuales como el estándar. Los cuentos infantiles terminan con «fueron felices para siempre» entre un príncipe y una princesa. Las películas románticas siguen fórmulas heteronormativas. Esta repetición constante de un único modelo relacional constituye, en sí misma, una forma de normalización social. Y también se ha promovido la pareja única monogámica como el único modelo válido, una realidad bastante cuestionable cuando observamos la diversidad de estructuras familiares y relacionales que existen naturalmente en las sociedades humanas.

Los Roles de Género Tradicionales
El sistema heteropatriarcal ha definido roles específicos para hombres y mujeres, estableciendo expectativas sobre comportamientos, profesiones, responsabilidades familiares y formas de expresión emocional. Estos roles se han transmitido a través de instituciones educativas, religiosas, familiares y mediáticas sin que se percibieran como una forma de «adoctrinamiento». Desde los juguetes hasta los colores asignados por género, pasando por los roles socioeconómicos y las supuestas capacidades físicas «naturales», hasta llegar a las capacidades emocionales atribuidas de manera diferencial a hombres y mujeres, todo ha sido cuidadosamente construido y transmitido generación tras generación.
La Cosificación Sistemática
Particularmente notable ha sido el tratamiento de la figura femenina dentro de este paradigma. La cosificación de las mujeres se ha manifestado en múltiples ámbitos: desde la publicidad que utiliza el cuerpo femenino como objeto de consumo, hasta la literatura y el arte que han presentado a las mujeres como musas pasivas o premios a conquistar, pasando por estructuras laborales que han limitado históricamente el acceso femenino a posiciones de poder y decisión. También se ha perpetuado un posicionamiento moral dicotómico que venera a la «santa madre y esposa» mientras estigmatiza a la mujer con decisiones propias, etiquetando despectivamente como «puta» o «zorra».
La Invisibilidad del Adoctrinamiento Hegemónico
Lo paradójico de la situación actual es que el paradigma heteropatriarcal ha operado de manera tan profunda y sistemática que se ha vuelto invisible. No se percibe como «adoctrinamiento» porque:
Se Presenta como «Natural»
Las normas heteropatriarcales se han presentado como el orden natural de las cosas, como si fueran verdades biológicas o divinas incuestionables, en lugar de construcciones sociales históricamente específicas. En muchas ocasiones se ha recurrido a la Biblia como orden divino o a las supuestas capacidades físicas diferenciadas entre hombres y mujeres, relegando las capacidades cognitivas femeninas al ámbito exclusivamente emocional.
Está Integrado en las Instituciones
Desde el sistema educativo hasta las estructuras legales, pasando por las tradiciones religiosas y las prácticas corporativas, este paradigma se ha integrado de tal manera en nuestras instituciones que funciona como el aire que respiramos: está ahí, pero no lo notamos. Esto se manifiesta claramente en lo considerado «femenino», desde la agresión constante hacia una persona de género masculino por ser «afeminada» o hacia una mujer trans, mientras se enaltece paradójicamente la masculinidad en un hombre trans.

Carece de Cuestionamiento Sistemático
Durante la mayor parte de la historia, este sistema no ha enfrentado cuestionamientos organizados o sistemáticos, lo que ha permitido que opere sin necesidad de justificarse o defenderse explícitamente. Todo lo contrario: cualquier persona no heteronormativa ha sido sistemáticamente discriminada y marginada.
El Cuestionamiento como «Adoctrinamiento»
Cuando movimientos sociales y de derechos humanos comenzaron a visibilizar y cuestionar estas estructuras normativas, surgió una resistencia que etiqueta estos esfuerzos como «adoctrinamiento». Esta respuesta revela varios aspectos importantes:
La Incomodidad del Cuestionamiento
Cuestionar un sistema que ha operado como «natural» genera incomodidad, especialmente entre quienes se han beneficiado de él o lo han internalizado profundamente.
La Confusión entre Diversidad e Imposición
Existe una tendencia a interpretar la visibilización de la diversidad sexual y de género como un intento de «imponer» nuevas normas, cuando en realidad se trata de ampliar el espectro de posibilidades reconocidas socialmente.
La Inversión del Discurso
Paradójicamente, quienes han sido históricamente marginados por el sistema hegemónico son ahora acusados de ser los «adoctrinadores», mientras que el sistema que los marginó se presenta como víctima.
La Necesidad de Patologizar la Diversidad
Persiste la tendencia a hablar de «enfermos», personas a quienes aislar, y el recurso sistemático a comparar a las personas LGBTIQ+ con pederastas, utilizando el miedo y la desinformación como herramientas de exclusión.
Hacia una Reflexión Más Profunda
Esta situación nos invita a reflexionar sobre varias cuestiones fundamentales:
¿Qué Constituye Realmente el Adoctrinamiento?
Si definimos adoctrinamiento como la transmisión sistemática e incuestionable de una ideología específica, tendríamos que reconocer que hemos vivido inmersos en él durante siglos. La diferencia es que ahora hay voces que lo cuestionan y proponen alternativas. Se trata de un quiebre de paradigmas que reconoce las mismas necesidades de expresión de toda la vida, pero esta vez visibilizándolas y haciendo que cada identidad sea visible y tratada por su nombre. De ahí el continuo crecimiento de las siglas más allá del LGBT inicial.
La Importancia de la Diversidad Narrativa
Una sociedad verdaderamente libre no debería temer la diversidad de narrativas, modelos familiares, o expresiones de género y sexualidad. La riqueza cultural surge precisamente de esta diversidad. Es fundamental que existan referentes de toda la diversidad para que las personas no se sientan desde temprana edad alienadas o excluidas de la sociedad, y más aún, que tengan garantizado el derecho a desarrollarse afectiva y sexualmente en una sociedad inclusiva.
El Valor de la Educación Inclusiva

Educar sobre la diversidad humana no constituye adoctrinamiento, sino ampliación del conocimiento. Conocer diferentes realidades permite a las personas tomar decisiones más informadas sobre sus propias vidas. También fomenta el respeto hacia la sociedad en su conjunto, comprendiendo que la diferencia en la diversidad no anula los derechos igualitarios de desarrollo del individuo, más allá de su expresión de género, identidad de género o sexo biológico.
Conclusión: Más Allá de la Polarización
El debate sobre el supuesto «adoctrinamiento LGBTIQ+» nos ofrece una oportunidad valiosa para examinar críticamente nuestros propios paradigmas sociales. En lugar de polarizarnos, podríamos preguntarnos:
¿Qué tipo de sociedad queremos construir?
¿Una que perpetúe sistemas normativos únicos e incuestionables, o una que celebre la diversidad humana en todas sus manifestaciones?
¿Por qué hay personas que tienen tanto miedo a quebrar el paradigma impuesto?
¿Cuál es en realidad el adoctrinamiento?
La verdadera libertad no consiste en mantener un sistema normativo invisible e incuestionable, sino en crear espacios donde todas las personas puedan existir, expresarse y desarrollarse plenamente, independientemente de su orientación sexual, identidad de género, o forma de amar y ser amadas.
En este Día del Orgullo LGBTIQ+, la reflexión sobre estos temas adquiere una relevancia especial: celebrar la diversidad no es adoctrinar, es simplemente reconocer la riqueza inherente de la experiencia humana.
La idea del artículo busca fomentar el diálogo reflexivo y respetuoso sobre temas complejos que afectan a toda la sociedad. La construcción de un mundo más inclusivo requiere conversaciones honestas y la disposición a examinar críticamente nuestras propias perspectivas.
PD: Con Amor
Miquel Claudì-López
@miquelclaudilopez
@enlaaceradeenfrente