En Redes y Enredos

¡Hola de nuevo a todas, todes y todos! Aquí estamos en una nueva entrega de “En La Acera De En Frente”, de Brillantes Sensaciones. 

Es Febrero del 2025 y las efemérides dentro del colectivo son:

19 Día internacional contra la homofobia en el deporte, una fecha en la cual Justin Fashanu se declara públicamente  homosexual y, posteriormente, y a causa de un acoso constante, se suicida en 1998. La fecha corresponde al día del nacimiento del deportista.

Antes de empezar con el tema de este mes, tenemos la buena noticia que el matrimonio igualitario ya es una realidad en otro país del mundo. El continente asiático celebra su tercer país a partir de enero de 2025 con Tailandia, los dos anteriores son Taiwan (en 2019), y Nepal (en 2023); y, aunque muchos piensan que Israel sería el otro país, este no oficia matrimonios igualitarios y solo reconoce los oficiados en el extranjero. El matrimonio en Israel es un acto religioso, no civil. Este tema es una de las grandes contradicciones de una religión que a priori no condena al movimiento LGTBIQ+.

En redes y enredos

Las redes sociales, hoy en día, se consideran una herramienta que facilita la comunicación y el intercambio de información, y favorece la creación de comunidades. Hasta aquí todo parece claro, y se sobreentiende que estas dos funciones ayudan a entender su rápido crecimiento y su omnipresencia en la vida de las personas. Pero, ¿se está cumpliendo esta premisa? O, ¿simplemente el intercambio de información se está manipulando, generando un detrimento de la comunidad?

Lo que está claro es que la información se comparte en segundos y de forma masiva. Pero, ¿qué información? ¿Qué filtros tiene? ¿Con qué intención? Y, lo que es más importante, ¿cuáles son las consecuencias en el día a día? Información o desinformación que se lleva en el bolsillo o, muchas veces, en las manos, despegando la mirada de la realidad que pasa justo frente a nosotr@s.

La realidad es que la información escrita, gráfica y de imagen saltó desde la prensa escrita (diarios y revistas), sonidos (radio) y la conjugación de sonido e imagen (televisión) a nuestros smartphones. En un uso constante de información y entretenimiento, pero también en la búsqueda de comunidad, donde han aparecido «escaparates» de nuestras vidas o lo que queremos que sea nuestra vida. También como redes de consumo y prestación de servicios. No hace falta tener un máster en sociología para comprender que la comunidad LGTBIQ+ ha encontrado aquí su espacio de encuentro y libertad, ya que la no exposición física da un cierto nivel de «seguridad». En el aspecto social, construimos parte de nuestra personalidad con arquetipos o modelos a seguir. Los referentes en nuestra formación como individuos son claves, especialmente en edades tempranas. Es ahí donde las redes sociales juegan un papel protagónico, influenciando a los individuos que interactúan con ellas y cómo lo hacen.

En la actualidad y, como consecuencia de la creciente ola de gobiernos de extrema derecha, un claro ejemplo ha sido Estados Unidos: Donald Trump ha regresado a la Casa Blanca y, junto a él, su gabinete de ministros, muchos de los cuales son propietarios de algunas de las empresas de redes sociales más grandes. Es el caso de Elon Musk, propietario de X (ex Twitter). También ha cambiado la postura de Mark Zuckerberg con el cambio de gobierno, y uno de sus socios en el consorcio Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp), David O. Saks, se ha unido al gabinete de Trump.

Analicemos las plataformas principales y sus cambios recientes en moderación:

  • Twitter/X (desde 2022-2023):
    • Reducción significativa de moderadores de contenido.
    • Eliminación de políticas específicas contra la discriminación LGBTIQ+.
    • Aumento reportado de discurso de odio y acoso.
    • Impacto: Mayor exposición a contenido hostil y desinformación.
  • TikTok:
    • Historia de censura selectiva de contenido LGBTIQ+.
    • Restricción de hashtags y shadowbanning.
    • Recientes cambios hacia políticas menos restrictivas, pero aún inconsistentes.
  • Facebook/Instagram:
    • Mantienen moderación, pero con controversias.
    • Problemas con censura de contenido educativo y artístico LGBTIQ+.
    • Políticas poco claras sobre desnudez y expresión de género.

Efectos dentro de la comunidad LGTBIQ+:

Ya tenemos factores claros:

A nivel seguridad:

Mayor exposición a discurso de odio, incremento de acoso online, vulnerabilidad de usuarios jóvenes, aumento de doxxing (exposición de información personal), acoso coordinado (brigading), suplantación de identidad, amenazas directas sin moderación efectiva, bullying, autoexclusión.

A nivel visibilidad:

Reducción de contenido educativo, dificultad para compartir experiencias personales, impacto en activistas y educadores, nulidad de referentes, shadowbanning (reducción algorítmica de alcance), demonetización de contenido LGBTIQ+, eliminación de hashtags relevantes, censura de contenido educativo y médico. Menor acceso a información vital. Reducción de representación positiva (referentes). Dificultad para encontrar recursos y obstáculos para organizaciones sin fines de lucro.

A nivel de impacto social:

Autocensura por miedo a represalias, estrés psicológico y ansiedad, necesidad de mantener perfiles privados, menor participación en debates públicos. Claramente, hay una migración a plataformas más seguras, necesidad de creación de espacios alternativos y desarrollo de redes de apoyo mutuo. Estas afectaciones impactan directamente a jóvenes buscando información y apoyo, personas en proceso de salir del armario, comunidades rurales o aisladas, y personas trans buscando recursos médicos. A largo plazo, los daños se ven en: fragmentación de comunidades online, pérdida de archivos históricos, reducción de narrativas diversas, limitación de movimientos activistas y una creciente exclusión social.

A nivel económico:

Afectación a creadores de contenido LGBTIQ+, pérdida de oportunidades de monetización, impacto en negocios orientados a la comunidad.

Si a esto le sumamos los factores derivados del mal uso y dependencia de las redes sociales:

A nivel psicológico y salud mental:

Ansiedad y depresión por comparación social, FOMO (Fear of Missing Out: miedo a perderse algo), adicción a la validación social (likes, comentarios), alteraciones del sueño por uso excesivo, baja autoestima y problemas de imagen corporal, cyberbullying y acoso online, aislamiento social real vs. conexión virtual.

A nivel de desinformación:

Noticias falsas que se viralizan rápidamente, teorías conspirativas (el famoso «Lobby LGTBIQ+», manipulación de imágenes y videos (deepfakes), echo chambers (cámaras de eco), bots y cuentas falsas que amplifican desinformación.

Y como consecuencia:

Polarización social (en la que el individuo siempre está a la defensiva y sus argumentos se sostienen en «lo vi en…»), decisiones basadas en información errónea, pánico social injustificado (como el llamar pedófilos a las personas LGTBIQ+), desconfianza en instituciones y ciencia, riesgos para la salud pública.

Claramente, vivimos en una sociedad sobre informada. Este fenómeno está creando una sociedad más conectada tecnológicamente, pero más desconectada emocionalmente, donde la cantidad de información no necesariamente se traduce en mejor comprensión o conocimiento real. En esta sociedad, han aumentado las fobias y reacciones violentas contra diversos colectivos, y uno de los más dañados, con prejuicios, bulos y la más absoluta desinformación, es el colectivo LGTBIQ+. Este fenómeno se ve impulsado por posturas irracionales, muchas veces desde el ámbito religioso sectario, manipulando los contenidos y donde apremia la alfabetización e igualdad cultural de las personas.

Citaré dos ejemplos típicos:

«Mito de Sodoma y Gomorra”

Interpretación incorrecta: Se usa para condenar relaciones entre personas del mismo sexo.

Realidad histórica y contextual: El texto trata sobre la falta de hospitalidad y violencia; el pecado principal era el abuso y la violencia, no la orientación sexual.

“Levítico»

Interpretación selectiva de versículos específicos.

Contexto histórico: Parte de un código de pureza ritual antiguo, que incluye muchas otras prohibiciones que ya no se siguen; está en el mismo nivel que prohibiciones sobre mezclar telas o comer mariscos.

No estoy en contra de ninguna creencia religiosa y, por el contrario, las respeto, así como toda diversidad filosófica. Es importante notar que muchas comunidades religiosas modernas están adoptando interpretaciones más inclusivas y afirmativas, reconociendo que el mensaje central de la Biblia es el amor, la justicia y el respeto por la dignidad de todas las personas.

La diversidad dentro de la comunidad LGTBIQ+ y su lucha ha sido constante, no solo en términos de derechos humanos a lo largo de la historia, sino también dentro del colectivo, donde hay personas de partidos de derecha y personas con una profunda fe religiosa. Estas mismas personas que siguen estos puntos de vista pueden tener dificultades para aceptar a ellos mismos o a sus pares, y claramente sus relaciones psicosexuales. Es una lucha interna y social compleja, pero la reconciliación de ambas identidades no es imposible. Lo importante es ser fiel a ti mismo y buscar los espacios donde puedas ser plenamente tú, respetando la divergencia social.

PD: Con Amor

Miquel Claudì-López

@miquelclaudilopez

@enlaaceradeenfrente

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