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Escuelas Bosque ¿pioneras o históricas?

Parecen innovadoras estas metodologías educativas que surgen ahora para impartir su currículum al aire libre, pero si revisamos un poco la historia nos damos cuenta de que nada más lejos de la realidad. El origen de las escuelas que llevan a cabo su educación rodeada de naturaleza no es de este siglo. Ni de finales del anterior. Provienen de la década de los 50, nada más y nada menos. De hecho, se iniciaron en Dinamarca en 1952 y poco a poco se fueron extendiendo por todo el continente europeo y por otros países asiáticos y americanos.

Sin embargo, los orígenes propiamente dichos de este tipo de centros, aunque en su inicio tuvieran más finalidad curativa que educativa, provienen de mucho antes.

Estamos en la primera década del siglo XX. Un grupo de médicos preocupados por el creciente número de niños y niñas, en su mayoría procedentes de clase obrera, que aparecían a diario con patologías graves (entre ellas tuberculosis) como consecuencia de las condiciones de contaminación de las nuevas ciudades industriales, deciden comenzar un movimiento para prevenir estas enfermedades y contribuir con el desarrollo de esos niños. Para ello, fundaron escuelas al aire libre.

Uno de esos primeros centros se abrió en la ciudad de Barcelona, en plena montaña de Montjuic. Allá por el año 1914 una pionera y comprometida maestra llamada Rosa Sensat, después de visitar escuelas que impartían sus clases al aire libre y en contacto con la naturaleza por países como Bélgica, se puso al frente de esta escuela bosque en la ciudad condal. Una escuela promovida por el entonces Ayuntamiento de Barcelona e inspirada en los movimientos pedagógicos republicanos. Sin embargo, la llegada de Rosa Sensat hizo que diera un giro de 360º y acabó convirtiendo un centro curativo en una verdadera institución de enseñanza con una vida escolar de lo más normal. Eso sí, sin muros.

Sin embargo, todas aquellas ideas progresistas y basadas en el bienestar y la evolución integral de los niños y niñas se vieron truncadas con una guerra civil, la nuestra, y una dictadura, que acabarían de dar al traste con cualquier idea progresista y humanista. Unos 50 años de parón científico, de parón social y por supuesto, de parón educativo.

¿Dónde estaríamos ahora si las escuelas de Rosa Sensat hubieran continuado su labor por todo nuestro país durante todo el siglo XX y parte del XXI?

Probablemente, muy lejos de donde estamos. Afortunadamente, aunque la escuela de Barcelona tuvo que cerrar sus puertas, no fue así para el resto de Europa. Como decíamos al principio de este artículo, las primeras escuelas bosque oficiales en Europa provienen de los países nórdicos como Dinamarca y Suecia, pioneros en este campo. En Dinamarca se convirtió en una parte integrada del plan de estudios para niños y niñas de educación infantil (0-6 años). De allí se extendieron por países como Alemania, con actualmente más de dos mil quinientas escuelas infantiles al aire libre; por los países escandinavos, con excelentes resultados en los conocidos informes PISA (informes que evalúan el nivel educativo en Europa); también por Finlandia, Austria, Luxemburgo, Suiza y Gran Bretaña, este último con un modelo de educación al aire libre implantado desde el sistema público de enseñanza, es decir promovido y proporcionado por su propio gobierno.

Y en este siglo XXI se han añadido países como República Checa, España e Italia. Pero este modelo de educación al aire libre no se queda ahí. Ha traspasado fronteras europeas y ha llegado desde hace años a países como Japón, EEUU y Corea del Sur, donde en 2011 el Ministerio de Educación fundó 35 escuelas infantiles al aire libre siguiendo el modelo alemán. Y es que, como dijo Rosa Sensat: “la Naturaleza es el ambiente más adecuado a la normal evolución del niño, asegurando el derecho que este tiene al aire puro, a la luz del sol, al agua, al ejercicio físico, a la libertad y a la alegría”.

En ello seguimos

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1 comentario en «Escuelas Bosque ¿pioneras o históricas?»

  1. Muy buen artículo, Laura.
    Mi cole no está en el bosque (y me encantaría) pero tenemos árboles, mesas de picnic y trabajo, huerto, rosaleda y una nueva y preciosa ágora para hacer más clases al aire libre y estoy encantada!

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