LA LEYENDA DE LOS LADRONES
Allá por el año 1.348 llegaban a las costas de Génova y Venecia barcos provenientes de Asia Menor y Egipto, naves repletas de mercaderías y también de ratas. Y fueron precisamente las ratas las que provocaron la propagación de la Peste que afectó a toda Europa con la consecuente disminución de la población y un cambio drástico en la estructura social.
En medio de todo este caos, cuenta la leyenda que había un grupo de ladrones que entraban en las casas donde había afectado la enfermedad para saquear y robar todo lo que encontraban de valor. Nadie se salvaba de sus ataques, ni las casas más humildes ni la de los nobles. Eran tantos los asaltos que los cuerpos de seguridad decidieron lanzar órdenes de busca y captura de los asaltantes que, inexplicablemente, no enfermaban, a pesar de estar en contacto con los infectados y con los objetos que les robaban. Así que cuando por fin consiguieron arrestarles, los ladrones se vieron obligados a decir cuál era su secreto y así revelaron que utilizaban una mezcla de hierbas, especias y aceites para protegerse de la enfermedad.
¿Sabes cuál era esa mezcla? Pues ni más ni menos que una fórmula hecha a base de Clavo (de especia), Limón, Canela, Eucalipto y Romero.
Y es que el clavo es uno de los aceites esenciales con más alto poder antimicrobiano y antiséptico, la canela además tiene propiedades antivirales, así como el romero. El AE de limón, por su parte, contiene compuestos que amplifican la inmunidad y del eucalipto ¿qué te voy a contar que no sepas? A parte de ser anti-infeccioso es también un potente antiinflamatorio que nos ayuda mucho en el sistema respiratorio. Cuando yo era pequeña sufría mucho de bronquitis y recuerdo el hornillo en la habitación con los vahos de eucalipto y una ramita de canela. Porque el poder curativo de las plantas, siempre está a nuestro alcance