-“Mamá, ¿Eh que es bonita la vida?”

Esta pregunta me la hizo mi hijo cuando tenía 3 años. Estábamos en el Pantano de Sau, hacia muy poco tiempo que mi hermano mayor había muerto y estábamos sentados en unas rocas. Yo estaba absorta en mi tristeza interna cuando escuché aquella voz tan clara que me preguntaba… Levante la mirada y lo vi de pie,  subido encima la roca, con los brazos levantados, mirándome con sus ojos oscuros y brillantes, esperando mi respuesta.

“La vida es bonita”, me dijo Ernest a sus tres años, y pensé que debía ser verdad si él me lo decía, porque yo entonces, después de la ausencia súbita de mi hermano, la veía como de lejos, esquiva, fría, indiferente, como si a la vida no le importara nada lo que yo, o cualquier otra persona, pensara de ella. La vida continuaba pasando al margen de nosotros, ella era como siempre había sido, solo nosotros revoloteábamos de un lado a otro sin entender ni poder decir nada. Sentía muy profundamente que mi hermano había muerto y que no  le tocaba, el no sabía que tenía que irse, y la vida continuaba su curso igual, solamente nosotros sentíamos aquella pena, solo nosotros éramos los títeres.

Pero a mi hijo no le dejaría nunca este legado, a mi hijo siempre  le aseguraría que la vida es bonita y que vale la pena vivirla a pesar de los momentos tristes. Esto estaba por encima de todo lo que yo pudiera sentir, y así le dije:

-“Sí, precioso mío, la vida es bonita!”

Hoy, 25 años más tarde, continuo diciendo y sintiendo que la vida es bonita, y doy gracias y amo todo lo que he vivido y vivo. La vida es bonita y muy amplia, contiene todas las texturas, todos los colores, todos los sabores, millones de disfraces con los que vestirse y millones de posibilidades para ofrecernos… y nosotros, ilusoriamente, seguimos pensando que la controlamos y que controlamos nuestra pequeña  vida porque así nos lo quieren hacer creer desde los medios de comunicación, las  redes sociales, los anuncios de la televisión que nos hacen creer que una sencilla, aunque costosa crema para el cutis, nos puede abrir las puertas a sentirnos personas exitosas. Y lo más triste es que mucha gente se lo cree, y cuando digo crema para el cutis quiero decir cualquiera de las cosas que nos quieren vender y que acabamos comprando, creyendo que nos harán mejores a los ojos de los demás y quizás también a nuestros propios ojos.

Pero la vida no trata de nada que se pueda comprar. La vida trata, básicamente, de cuatro ámbitos: VIVIR, CONOCERNOS, APRENDER Y AMAR.

-VIVIR experiencias diversas, las que llegan a tu vida aunque no las quieras, y las que vas a buscar por tu cuenta y te van enseñando a cambiar la mirada negativa de la adversidad por la certeza de la oportunidad.

-CONOCERTE a ti misma para encontrar tu espacio, tu voz, tu manera de sentir, tu manera de amar, de pensar, la música que te invita a bailar la danza de tu vida, única, diferente, personal, que te conecta con tu corazón y tu ser, la que te hace sentir plena y que te hace crecer con todo lo que te llega, con lo que te es placentero y con lo que nunca hubieras esperado y que te hace salir de dentro lo más valioso y valeroso de ti; la vida que te abre al cambio y que te mantiene las puertas abiertas para captar todo lo que te hace sentir bien, lo que realmente quieres, lo que realmente eres.

-APRENDER a ser feliz. Y para aprender a ser feliz hemos de comprender y dejar ir todo aquello que nos priva de serlo: el egoísmo y el orgullo que  viene de nuestro ego, nuestros miedos, abandonar la mirada siempre pendiente de lo que pasa afuera, la exigencia de que sean los otros los que nos faciliten la vida en lugar de asumir nuestra propia responsabilidad y facilitárnosla nosotras mismas; deshacernos de la prisa, la impaciencia y el juicio a todo y a todos; el miedo a vivir abiertamente y también el miedo a morir… ¡La verdad es que necesitamos muchas vidas para aprender a ser felices aquí!

-AMAR: Aprender a amar de verdad, sin ataduras nacidas de la necesidad de no estar solas, o de la necesidad de encontrar alguien que cumpla tus expectativas y que haga por ti lo que tú misma no saber darte. Amar quiere decir amarte primero a ti misma para poder compartir la vida con otra persona y  amar y respetar su diferencia, su libertad, su camino, sus sueños de la misma manera que amas tu diferencia, tu libertad, tu camino, tus sueños y no permitirías que nadie te los recortara y no te permitirás recortarlos a nadie.

La vida es única, es importante, es el camino para volver a lo que realmente somos y es la oportunidad de sentir, de crear, de comprender, de aceptar, de expresar, de cambiar, de iluminar, de abrir, de despedir, de agradecer, de perdonarnos, de amar… Y nada de todo esto nos lo pueden vender ni lo podemos comprar, porque no están a fuera, sino que están dentro. Son los regalos que hemos de descubrir y desarrollar para poder vivir y llegar a sentir que, con todo y a pesar de todo, la vida es bonita!

Dolors Beltran Boixadera

dbeltra2@hotmail.com

Facebook
Twitter
LinkedIn

10 comentarios en «MAMÁ, ¿VERDAD QUE ES BONITA LA VIDA?»

  1. Hola Dolors y Ernest
    Si, cuando abro la mirada del corazón todo lo que observo, sin filtros en el pensamiento, todo, quiero decir cuando observo seres inertes , seres que van tranformándose en la vida, seres estimados que impregnaron nuestra existència con amor , absolutamente todo, hace que este camino terrenal se ilumine con gran esplendor.
    La vida és bonica, con ustedes dos en mi camino.
    Ernest y Dolors un abrazo de amor agradecido para los dos.
    Gilbert

    Responder
  2. Hola Dolors, me ha encantado este artículo. Que buena expresión sobre la vida. Que gran realidad. Muchísimas gracias por compartir lo con todas nosotras. Un fuerte abrazo
    Joana

    Responder
  3. Això que escrius, això que penses, això que sents, sembla tant clar! I ho és a vegades. Gràcies per deixar-ho dit! És molt agradable compartir-ho. Us estimo.

    Responder
    • Gràcies, Pere, és bonic compartir l’amor que portes dins i que surt a fora. Sempre sento que si les persones fóssim capaços de compartir cadascú amor quan parlem amb als altres, aquest amor que pren tantes formes, amor en comptes de trifulgues i queixes, el món canviaria, totes el faríem créixer. Nosaltres tambè t’estimem.

      Responder
  4. Gràcies Dolors per unes paraules que entren dintre i reposen al cor amb la certesa absoluta que tot és com ha de ser. Tot el que sembla negre als nostres ulls en algun moment, quan hagi de ser, es torna de color, d’un color de llum, de natura, de vida i d’Amor.
    Gràcies per aquesta preciositat de reflexió i d’experiència

    Responder
  5. Una vegada mes, felicitats per l’escrit. Agraeixo poder-te llegir i veure el creixement que hi ha darrera de cada experiència que la vida ens ofereix, quan acceptem sense filtres tot allò que ens passa amb amor i gratitud. Canviant la mirada cap a l’altre cap a un mateix i sent el protagonista de la nostra vida. Gràcies per creuar-te en el meu camí. Em nodreixen d’amor els teus escrits. T’estimo Dolors

    Responder
  6. La vida és bonica i es fa màgica quan ens adonem, comprenem i som capaços de fer-ne carn que l’essencialitat de la matèria no és un fi en si mateixa, sinó un mitjà per poder connectar amb la divinitat. És a partir d’aquí que podem instaurar l’amabilitat, la generositat en tots els àmbits i l’esperit de servei com a inici del camí de l’amor conscient.
    És a partir d’aquesta comprensió i d’aquest fer-ne vida que neix en nosaltres el coratge que ens permet fer sortir la nostra fortalesa interior. I ens cal, aquesta fortalesa interior perquè és fàcil caure en l’engany de creure que ja estem vivint l’espiritualitat per damunt de la matèria com a fi. Hem de saber utilitzar aquesta força com l’eina que ens sostingui precisament per compensar les nostres debilitats, els nostres aferraments a la matèria i, sobretot, per no caure en la separativitat, que és viure en la fantasia de pensar que ja tenim aquesta unió o aquesta connexió, i no és cert. I caiem en la separativitat quan cometem l’error de separar la matèria de qualsevol contingut espiritual.

    Responder

Deja un comentario