Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Rituales, sostenibilidad y el legado de la tierra: “Un legado consciente”.

Rituales, sostenibilidad y el legado de la tierra: “Un legado consciente”.

El Día de los Muertos en México nos invita a reconectar con nuestros ancestros y a contemplar el ciclo de la vida y la muerte desde un lugar de amor y celebración. Desde que tuve la oportunidad de vivir esta tradición en Tulum, mi conexión con la muerte y su relación con la naturaleza ha tomado una nueva profundidad. En ese viaje, rodeada de cenotes y rituales chamánicos, descubrí que no solo celebramos la vida de quienes nos han dejado, sino también nuestra responsabilidad con la tierra que habitamos.

Hoy en día, la relación entre la muerte y el medioambiente está cambiando, y esto también se refleja en las ofertas ecológicas disponibles para cuando morimos. Las prácticas funerarias convencionales, como el embalsamamiento y los ataúdes de materiales no biodegradables, dejan una huella ecológica considerable. Por ello, han surgido alternativas sostenibles que nos permiten devolver algo al planeta y ser conscientes incluso en nuestra despedida final.

Opciones ecológicas para cuando llega la muerte

Ataúdes biodegradables: Las empresas funerarias sostenibles ofrecen ataúdes fabricados con materiales ecológicos como el bambú, el mimbre o el cartón. Estos materiales permiten que el cuerpo se descomponga de manera natural y vuelva a la tierra sin dejar residuos tóxicos, respetando el ciclo natural de la vida.

Funerales verdes: Este tipo de ceremonias busca evitar el embalsamamiento químico y promover la inhumación directa en el suelo, permitiendo que el cuerpo vuelva a la naturaleza sin interferencias sintéticas. En lugar de lápidas convencionales, se pueden plantar árboles como un legado vivo que honre al difunto.

Cremación ecológica: Aunque la cremación tradicional tiene un impacto ambiental debido a las emisiones de carbono, existen alternativas más ecológicas, como la “cremación acuática” (aquamación), un proceso que usa agua y soluciones alcalinas en lugar de fuego, y reduce el impacto ambiental.

Urnas biodegradables: Para quienes optan por la cremación, existen urnas biodegradables que pueden ser enterradas, permitiendo que las cenizas se integren con la tierra y contribuyan a su fertilidad. Algunas urnas, como las “urnas de árboles”, permiten plantar un árbol con las cenizas, simbolizando un nuevo ciclo de vida.

Terramación: Esta es una práctica innovadora y completamente natural que convierte el cuerpo en compost para enriquecer el suelo. Algunos estados en EE. UU. y países como Suecia han comenzado a legalizar esta opción como una alternativa más ecológica a los entierros convencionales.

Un legado consciente: Hoy podemos honrar ese paso final con decisiones que reflejan el respeto por nuestro planeta.

En mi viaje espiritual y eco-activista, aprendí que nuestra responsabilidad con la tierra no termina cuando nuestra vida lo hace. Si algo me quedó claro en mi experiencia en Tulum, es que el vínculo con la naturaleza es eterno. El ciclo de la vida y la muerte puede y debe ser tan natural como nuestra respiración, y al elegir opciones ecológicas para nuestro último adiós, contribuimos a la regeneración de la madre tierra.

La muerte es un tema que muchas veces evitamos y puede transformarse en una oportunidad para dejar un impacto positivo. Como decían los antiguos rituales mexicanos: “la muerte no es el final, es un paso hacia la eternidad”.

Facebook
Twitter
LinkedIn

Deja un comentario