VIAJE POÉTICO PARA SANAR; HOY HABLA MI SER.
De todas las veces que me he preguntado ¿por qué la poesía? Todas, absolutamente todas me transportan a un mismo momento; a una reveladora experiencia con el poder de las palabras.
“Palabras que mueven”, un taller conducido por mi queridísima Eva Ramírez de la editorial “Tu voz en mi pluma” a su vez escritora, poeta y mentora de autores.
En aquel momento ignoraba totalmente que aquel taller sería el inicio de mi gran aventura con las palabras. A través de la escritura, a través de la poesía, se crea una relación NO agresiva entre la mente y el corazón, es decir, entre pensamiento y emociones, y lo haces directamente desde la compasión.
Para mí se trata de utilizar una técnica literaria totalmente al servicio del corazón, no del pensamiento. Se dice que cuando la mente ignora al corazón, solo te muestra aquello que teme. En cambio, cuando lo conoce se pone a su servicio.
Os hablaré de mi vivencia con lo que conocemos como “La Noche oscura del alma” y el gran viaje de vuelta a casa. De como pude transitarlo a través de la poesía en No me llames poeta. Llegué a un estrepitoso colapso en mi vida y en esta situación de “muerte” no existe otro camino que no sea viajar a tu interior más profundo con valentía.
Por más oscuro que fuese lo que allí me esperaba, no opuse resistencia. A sabiendas de que visitaría mi propio infierno. La oscuridad no es mala en nosotros, simplemente son rincones a los que aún no les llegó la luz. Mi mundo, tal y como lo había concebido hasta ese momento se hacía pedazos, y estaba dispuesta a viajar a mi interior para soltarlo y transcender.
Ya no me reconocía en ninguno de los personajes que había estado interpretando, basados en creencias impostadas. Profundicé hasta encontrarme con mi propia realidad, mi SER, con mi esencia con capacidad creativa, apasionada. Tenía la certeza que ese era el camino de vuelta a casa.
El dolor te atraviesa, pero confié en el proceso y deposité abundantes carretadas de amor hacia mí misma. Tomé un compromiso consciente conmigo y con la vida.
Creo que ese es justamente el momento del proceso de transformación y para transitarlo se ha de llegar hasta lo más profundo. Durante el proceso, la mente charlatana e impostora sigue intentando que nada cambie, se siente desenmascarada y que se acercan sus últimos días de autoridad y dominancia. Y me imagino a mi mente hablándose así misma; Con todo lo que me ha costado que se creyera los patrones y memorias limitantes que le he ido grabando durante años… ahora resulta, que ha perdido el miedo.
¡Y todo el tiempo que he invertido en su adiestramiento, se han vuelto humo!
Y mi SER, se ilumina y sonríe. Durante todo este proceso dejé que la emoción me recorriera cada célula, cada átomo y fluyeran las palabras. Ellas solas se organizan y se ponen al servicio.
Cuando escribo, siento estar dibujando con palabras emociones que emergen. En un principio todas bailan sin sentido en la mente, pero si las respiras van cogiendo forma y se organizan para expresar lo más doloroso o extraordinario, de una forma bella.
Creo haber encontrado un camino creativo, amoroso e inspirador para poner la mente al servicio del corazón. Exploro mis límites y me entrego a un terreno aparentemente ficticio y hostil, un papel en blanco. ¡Y e voilà!!!! Se produce la magia, un cuaderno de poesía de palabras que mueven.
Confieso que también apareció el síndrome limitante de la impostora, ¿como no? Y durante unos 12 meses, tuve todo el material esperando en un cajón, sin ser capaz de darle el valor que se merecía. Evidentemente, debía editarlo, publicarlo y entregarlo al universo.
Entendí que una vez escrito ya no me pertenecía, debía dejar que llegara a cada alma que sintiera que “No me llames poeta” podría ser un buen compañero de viaje, una lucecita tintineante en una noche oscura, o un gracias a la vida.
Me sentiré siempre agradecida del acompañamiento imprescindible de Eva Ramírez de la Editorial antes mencionada, Tu voz en mi Pluma. Ella creyó incluso más que yo misma, en que esta recopilación de poemas se podría convertir en el hermoso cuaderno editable en el que se ha convertido.
Para mí, No me llames poeta, es un cuaderno de bitácora en el que documento los descubrimientos de mi gran viaje.
La aceptación del compromiso con la vida y un cara a cara con la propia “muerte” para renacer en lo esencial; un regreso consciente a Casa; un reencuentro con la alegría de vivir, la compasión, la gratitud y el amor.
Me permito utilizar una frase del Dr. Mario Alonso Puig: “EL Ser es muy exigente, pero te libera”.
Y ahí sigo, inspirada por mi SER creativo reflejado en mi pasión por la fotografía Macro Creativa y por la poesía.
Cocinando nuevos proyectos literarios y fotográficos.
¡GRACIAS por leerme desde el SER y en VERSO!!!